El herpes zóster, está causado por la reactivación del virus varicela-zóster, presente en nuestro organismo de forma silente incluso muchos años después de haber sufrido una varicela. Si por una bajada de defensas, dicho virus se reactiva, entonces podemos padecer un herpes zoster en lugar de una varicela.
El herpes zoster representa un desafío clínico en la población mayor de 50 años, donde la incidencia y severidad aumentan considerablemente debido al deterioro fisiológico del sistema inmunitario asociado a la edad.
Reconocimiento temprano: la clave para evitar complicaciones
El reconocimiento temprano del herpes zóster es clave para optimizar los resultados clínicos. La presentación clásica incluye dolor neuropático unilateral seguido por erupción vesicular en distribución dermatómica. Sin embargo, en adultos mayores, el cuadro puede ser atípico, con dolor y síntomas prodrómicos prolongados que pueden confundirse con otras patologías como problemas de corazón y pulmón, cólico renal o problemas músculo-esqueléticos y de columna.
El diagnóstico temprano permite iniciar tratamiento antiviral dentro de las primeras 72 horas desde la aparición del exantema, ventana crítica para maximizar la eficacia terapéutica. Un diagnóstico tardío o erróneo puede resultar en complicaciones evitables y sufrimiento innecesario del paciente.
Importancia del tratamiento antiviral precoz
Los antivirales administrados precozmente por vía oral aceleran la curación de las lesiones cutáneas, reducen la intensidad del dolor agudo y disminuyen el riesgo de neuralgia postherpética (NPH), la complicación más temida en esta franja de edad.
La NPH afecta al 50-75% de los pacientes mayores de 60 años no tratados adecuadamente, comparado con menos del 10% en menores de 40 años. La NPH es un dolor crónico que puede persistir meses o años. El tratamiento antiviral iniciado precozmente por vía oral reduce significativamente esta incidencia y mejora la calidad de vida.
Los mayores de 50 años presentan mayor riesgo de complicaciones graves como herpes zóster oftálmico (con riesgo de pérdida visual), afectación del sistema nervioso central, diseminación cutánea y sobreinfección bacteriana.
Complicaciones más frecuentes en mayores de 50 años
El herpes zóster puede tener un impacto físico, psicológico y funcional significativo en personas mayores. El dolor intenso puede limitar las actividades diarias, alterar el sueño y causar depresión y dependencia. La intervención precoz previene el deterioro de la calidad de vida.
En pacientes mayores debe considerarse el manejo integral del dolor mediante analgésicos apropiados desde el inicio, vigilancia de complicaciones, y evaluación de una posible inmunodepresión subyacente y patologías asociadas.
La vacuna recombinante contra el herpes zóster está recomendada a partir de los 50-60 años, según las guías. Dicha vacuna mantiene eficacia elevada (>90%) incluso en mayores de 70 años.
En resumen, el diagnóstico oportuno y tratamiento antiviral precoz del herpes zóster en mayores de 50 años es imperativo para reducir la morbilidad, prevenir la neuralgia postherpética y preservar la calidad de vida, constituyendo una urgencia médica que requiere acción terapéutica inmediata.
Transmisión del virus: un aspecto clave que se olvida
Un punto muy importante a tener en cuenta y explicar al paciente, y que con frecuencia se olvida es el siguiente: un enfermo con herpes zoster puede contagiar la infección viral no sólo por contacto físico con el líquido de las vesículas o ampollas que aparecen sobre la piel, sino también por vía respiratoria. En este caso, si la persona que se contagia no ha pasado la varicela, puede sufrir una varicela tras un periodo de incubación de unas 2 semanas. Esto es de extrema importancia, y el paciente con herpes zoster debe evitar el contacto cercano con mujeres embarazadas, pues el feto puede contagiarse de varicela y producirse un aborto. Por tanto, hasta que todas las lesiones de herpes zoster se sequen y hagan costra, el paciente debe seguir aislamiento respiratorio y usar mascarilla.
Insistimos en la importancia del diagnóstico correcto precoz e instauración temprana del tratamiento oral con antivirales para prevenir complicaciones muy limitantes como la NEURALGIA POST-HERPETICA.
Caso clínico reciente en Clínica Dermatológica OPENDERMA
Presentamos un caso visto hace unos días en OPENDERMA Clínica Dermatológica, Murcia, donde el paciente comenzó con dolor a nivel la columna, lo que llevó a un diagnóstico inicial erróneo de un problema músculo-esquelético y traumatológico. Por dicho motivo, el tratamiento inicial tampoco fue el más adecuado. El paciente nos ha autorizado a publicar estas fotos para intentar ayudar a otras personas que puedan estar viviendo una situación similar.
Ante cualquier duda, consulta con tu dermatólogo.