Jorge Martínez Escribano, Dermatólogo y Director de
Clínica Openderma, Murcia
¿Qué es exactamente un lunar?¿Hay de distintos tipos?¿Cada cuánto tiempo nos los debemos autoexplorar y cómo hacerlo?¿Qué es la regla ABCDE para detectar precozmente lunares sospechosos de ser peligrosos?
Los lunares, también llamados nevus, son proliferaciones de células névicas, derivadas de los melanocitos, los cuales se encargan de sintetizar melanina, la cual da color a nuestra piel. A veces, las células névicas forman acúmulos o nidos exclusivamente en la unión dermoepidérmica, por lo que se manifiestan como lesiones aplanadas. Así ocurre en el llamado nevus de la unión. Si las células névicas profundizan hacia la dermis o incluso la hipodermis, entonces los lunares se manifiestan como lesiones sobreelevadas, de aspecto nodular o verrucoso. Es lo que ocurre en los nevus intradérmicos. Habitualmente, los nevus son de color marrón, de distintas tonalidades, aunque pueden variar desde color carne hasta negro o incluso azul.
Existe un componente genético en la predisposición a la aparición de lunares. Además, a mayor exposición solar, mayor número de lunares pueden aparecer en nuestra piel. Habitualmente, los lunares son benignos, Pero cuando existe un número elevado de lunares, el riesgo de padecer un melanoma es mayor. Por explicarlo con una analogía, cuantos más billetes de lotería llevas, más fácil es que te toque el Gordo.
Dado que el melanoma detectado y tratado de forma precoz es curable, es crucial saber reconocerlo. ¿Cómo distinguir tanto lesiones precursoras de melanoma como lesiones que ya son un melanoma? Mediante la sencilla regla del A, B, C, D, E:
– Asimetría
– Bordes irregulares
– Colores diferentes
– Diámetro mayor de 6 mm
– Evolución, es decir, cambios en un lunar preexistente (de forma o tamaño, si empieza a picar o sangrar, etc).
Aunque un 30% de melanomas se desarrollan sobre un lunar previo, el 70% aparecen de novo sobre piel sana. Por eso no debes obsesionarte con extirparte todos los lunares. Tu dermatólogo te dirá qué lunares deben vigilarse periódicamente y cuáles deben extirparse si es preciso. Extirparse todos los lunares no evita el riesgo de melanoma y además produce cicatrices que pueden no ser totalmente estéticas
¿Es importante revisarse los lunares? Sí, porque algunos pueden degenerar en un cáncer de piel. Y el 100% de los melanomas “in situ”, es decir, melanomas incipientes que afectan sólo a la epidermis y no han penetrado hacia la dermis, se curan con cirugía. Por eso es crucial el diagnóstico precoz. Y para ello es clave la autoexploración, es decir, el examen por el propio paciente de toda su piel, con la ayuda de un espejo. Se aconseja realizarla una vez al mes; no con más frecuencia, porque entonces no apreciaríamos los cambios en los lunares. A la hora de realizar la autoexploración debemos tener en cuenta la regla del A, B, C, D, E. Es muy útil hacernos fotos corporales para tener un mapa de nuestros lunares y poder comparar en un futuro, por si aparecen lesiones nuevas o cambian las que ya tenemos.
Al diagnóstico precoz del melanoma también ayuda el llamado “signo del patito feo”: si tienes un lunar feo, distinto al resto de lunares, por su forma o color, o porque crece, pica o sangra, consulta a tu dermatólogo.
Si queréis escuchar la entrevista que realizó el doctor para ‘esRadio Región de Murcia’ os dejamos el link aquí: https://fb.watch/6DK-tA-MHI/
Imagen de © VICENTE VICENS