Han llegado para quedarse: más seguros, más eficaces y menos invasivos.
Hace 4 décadas, aparecían en el panorama de la medicina y la dermatología estética los “hilos tensores”. Entonces eran los conocidos como “hilos de oro” y se presentaban como un “sustituto del lifting”.
Por suerte, mucha investigación y muchos avances después, hoy en día es una de las técnicas más exitosas para tratar la flacidez moderada, no solo en el rostro sino también en otras partes del cuerpo.
“Si bien es cierto que no evitan el quirófano en casos de laxitud severa, consiguen resultados brillantes en pacientes de edad media con un nivel moderado de flacidez. Asimismo, cuando de rejuvenecimiento facial se trata, es uno de los aspectos que más preocupa a nuestras pacientes. De hecho, tensar la piel y eliminar las arrugas son los tratamientos más demandados en consulta”, afirma el Dr. Martínez Escribano.
Por otra parte, cada vez es más habitual ver a pacientes más jóvenes someterse a este tratamiento puesto que es uno de los mejores preventivos para evitar el descolgamiento cutáneo.
MATERIALES NOVEDOSOS Y TÉCNICAS DE APLICACIÓN PIONERAS
La clave de este tratamiento de rejuvenecimiento facial es que sus materiales son cada vez más avanzados y las técnicas de colocación marcan la diferencia con respecto a otras técnicas o al modo en el que se empleaban en sus inicios.
Además, la inmensa variedad en ambos aspectos favorece la personalización del tratamiento según las necesidades del paciente.
En cuanto al procedimiento, la mayor parte de ellos se aplican con una aguja y, dependiendo del caso a tratar, se aplican 1 o más hilos. Por ejemplo, para tensar el cuello se suelen poner 4. Sin embargo, si lo que se pretende es una ligera elevación de la ceja con 1 por cada una sería suficiente.
Otra gran ventaja de los hilos tensores actuales es que son reabsorbibles y están fabricados con sustancias que el cuerpo no rechaza.
SIN POSOPERATORIO NI EFECTOS SECUNDARIOS
El tratamiento con hilos tensores se realiza en Openderma, sin necesidad de ingreso y con anestesia local. La técnica es muy sencilla y no tiene efectos secundarios por lo que el paciente puede seguir con su vida normal inmediatamente después. Los pacientes declaran que sienten un «pinchazo» pero que posteriormente no se siente dolor. En casos puntuales una ligera molestia.
Puede darse una ligera inflamación de la zona que se reducirá en cuestión de horas.
UN TRATAMIENTO CON HILOS TENSORES PARA CADA PACIENTE
En términos generales, podemos dividir los hilos tensores en 3 grupos:
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- Hilos tensores espiculados o dentados: son los hilos que más tensión proporcionan a la piel. El “efecto lifting” es mayor y son más gruesos puesto que ejercen una tracción cutánea mayor. Se utilizan para corregir la flacidez en mejillas, cuello y mandíbula sobre todo.
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- Hilos tensores multifilamento: los efectos de este tipo de hilo tensor son muy naturales. Están formados por varios hilos y el efecto que se consigue es como el de las inyecciones de ácido hialurónico pero al aplicarse en hilos se requiere menos volumen de infiltración, consiguiendo un resultado muy natural.
- Hilos tensores monofilamento: Este tipo de filamento es altamente versátil ya que puede aplicarse en cualquier zona de la cara o cuello. Los resultados son sutiles pero notables.
DURACIÓN ELEVADA
El tratamiento médico con hilos tensores genera una gran aceptación entre los pacientes puesto que, solamente con una aplicación, el efecto se mantiene en el tiempo. Siempre depende del paciente, del tipo y de hilo tensor pero, además del propio hilo, la piel genera una “fibrosis subcutánea” que revitaliza la piel y favorece la generación de colágeno y elastina. Así pues hay 2 vías de mejora: la fisiológica (la reacción natural del cuerpo) y la del propio hilo.