La principal causa de envejecimiento es el estrés oxidativo. La oxidación se produce por factores externos como son la radiación solar, los infrarrojos, la contaminación y por factores internos, como consecuencia de las reacciones que tienen usar en el metabolismo de la célula.
El 90% del envejecimiento cutáneo se debe a factores exógenos, es decir, que podemos controlar.
Cuando nos oxidamos, se generan radicales libres, que son moléculas que han perdido un electrón, y son inestables, y se unen a nuestras membranas y a nuestro ADN, dañándolo.
Una molécula antioxidante estabiliza al radical libre, para que no dañe nuestras células. Nuestras células también tienen un sistema endógeno antioxidante con multitud de enzimas reparadoras, pero cuando el estrés es mayor, no es suficiente y se requiere mayor capacidad antioxidante, mayor protección.
La vitamina C es uno de los antioxidantes más estudiados. Los primeros estudios fueron para combatir el cáncer de piel, y posteriormente se vio su labor como prevención y tratamiento del envejecimiento de la piel.
La vitamina C además de neutralizar los radicales libres, también genera esfingolípidos que forman parte de la barrera cutánea, contribuyen a reforzar esta función barrera, reducen la tirosinasa, que es uno de los pasos más importantes en la generación de melanina, que es el pigmento responsable de las manchas, los lentigos solares o manchas del sol o de la edad, la pigmentación postinflamatoria y el melasma, y también es cofactor de la producción de colágeno, importante en el tratamiento de arrugas, en la cicatrización y en estrías.
Para que penetre efectivamente en la piel, la vitamina C debe cumplir unos criterios.
Debe estar formulada en forma de vitamina C pura como L-ascórbico, tener un pH<3.5 (para garantizar su penetración y que siga activa), y una concentración mínima de un 10%.
En un estudio reciente de la universidad de Málaga en la que se comparan todas las vitaminas C del mercado en la actualidad, no hay ninguna que cumpla estos criterios, salvo la vitamina C formulada por Skinceuticals, formulada por el Dr Sheldon Pinnell, dermatólogo americano, tras más de 30 años de investigación.
Entre los múltiples estudios publicados, demostró la efectividad de la vitamina C que cumple esos criterios, sola y asociada a otros antioxidantes, como la vitamina E, la phloretina y el ácido ferúlico.
Existen ahora mismo combinaciones sinérgicas de vitamina C con ácido ferúlico y con vitamina E y phloretin para aumentar su eficacia.
La vitamina C con ácido ferúlico multiplica por cuatro la protección de la piel frente a la protección solar, y junto a la vitamina E, la mutiplica por ocho.
A la hora de elegir el mejor antioxidante, hay que tener una visión global de la piel que estamos tratando. Si es una piel madura, seca, más envejecida, es preferible elegir el CE ferulic, que tiene una mayor concentración de vitamina C, de un 15%, además de ácido ferúlico y vitamina E, por lo que en realidad son tres antioxidante en uno, pero además es hidratante.
Sin embargo, si es una piel más grasa, más joven o con manchas, es preferible elegir el phloretin, ya que además de la vitamina C y el ácido ferúlico, lleva también la phloretina que actúa en la ruta de formación de melanina, es decir, en el mecanismo de formación de las manchas. Indicado en pieles con melasma, manchas, pigmentación de rebote. Y también en pieles más grasas porque está formulado en una solución hidroalcohólica y es más astringente.
Para completar el tratamiento antioxidante, debemos utilizar protector solar, para bloquear la radiación ultravioleta B que produce eritema solar y cáncer de piel, la radiación ultravioleta A, que produce envejecimiento cutáneo, además del infrarrojo y la luz visible. Podemos utilizar filtros físicos, que reflejan la radiación solar, filtros orgánicos que absorben la radiación y filtros biológicos. Durante todo el año, y renovándolos cada dos horas si estamos expuestos al sol.
Para completar la prevención, uno de los fundamentos de la ciencia de Skinceuticals, también debemos reparar nuestro sistema antioxidante natural, con un antioxidante nocturno, el resveratrol BE que ayuda a reparar el daño acumulado por los radicales libres, y nos ayuda a prepararnos para el día siguiente.
Los antioxidantes son recomendables en el envejecimiento y en las manchas, y también en enfermedades inflamatorias como pueden ser el acné y la rosácea.
Hay una versión menor que lleva dos antioxidantes en uno, el ferúlico al 0.5% y la vitamina C al 10%, que ayuda a tratar la piel sensible, con rosácea y el acné.
En las cicatrices de acné, también es recomendable usar antioxidantes, porque la vitamina C es imprescindible para generar colágeno, y al estimular el colágeno, “rellenamos” la cicatriz desde el interior.
El tratamiento con antioxidantes es lo primero que debemos usar por la mañana después de lavar nuestra cara. A continuación utilizamos una hidratante o un producto de corrección y por último protección solar.
Por la noche, el orden siempre es el antioxidante, salvo que usemos el retinol. En este caso, el retinol va antes del Resveratrol de la noche. A continuación, usamos el producto de corrección que puede ser un despigmentante, una crema antiedad, antiglicación…
En envejecimiento te ofrecemos las siguientes combinaciones:
Si tienes una piel madura, seca, con envejecimiento acusado, usa CE ferulic y empieza con un producto de corrección. Retinol o glicólico overnight. Poco a poco intenta usarlos a noches alternas, y una vez que lo toleres, (al principio puedes notar una ligera rojez, sequedad, tirantez), vamos subiendo la concentración de retinol hasta llegar a concentraciones médicas.
- Para una piel madura, seca, con arrugas, opciones válidas:
Ce ferulic / glicólico
Ce ferulic /retinol 0.3
Ce ferulic/alternar por las noches glicólico y retinol 0.3
Ce ferulic/alternar por las noches glicólico y retinol 0.5, en unos meses subir 1%
- Si tienes una piel reactiva, sensible, no aconstumbrada a tratamientos médicos (por otra parte, mucho más efectivos), empieza con:
Serum 10/ retexturing por la noche
- Si tienes manchas: