Prevenir es curar.
El sol nos encanta y es uno de los grandes atractivos de nuestro país. Sin embargo, lejos de producir únicamente quemaduras, puede provocar manchas, melasma, piel seca, arrugas e incluso cáncer de piel. Estos son los signos de envejecimiento más evidentes.
A pesar de que vivimos en una sociedad plenamente consciente del peligro que supone el sol, siguen llegado a nuestra consulta pacientes con quemaduras y otras lesiones cutáneas producto de una sobreexposición prolongada.
En ocasiones el motivo es puramente estético: el paciente no quiere renunciar a lucir una piel morena en verano. Otras veces, simplemente la pereza de reponer la crema de protección solar hace que la piel quede totalmente desprotegida a pesar de haberla aplicado con anterioridad.
Sea cual sea el motivo es de vital importancia cuidarla para prevenir daños irreparables.
Pero ¿cuáles son los medios más efectivos para protegerse del sol?
1. ¡Cúbrete!
¿Crees que ir tapado en verano es una locura? La ciencia nos dice que no. Según la Skin Cancer Foundation, para combatir el calor y absorber los rayos UV nada mejor que los tejidos oscuros y ceñidos a la piel. Por otro lado, las telas de algodón y tonos claros protegen menos. Asimismo, es mucho mejor usar prendas secas que húmedas.
¿Sabías que la ropa ya tiene un indicador de protección solar (UPF)?
UPF significa factor de protección ultravioleta y determina qué fracción de los rayos UV puede traspasar la tela.
Por ejemplo, un UPF 50 significa que 1/50 de la radiación llegue a la piel.
Y por supuesto es imprescindible cubrir la cabeza: gorras, sombreros o lo que te guste más para estar cubierta y además a la moda.
2. Crema solar a todas horas.
Con un FPS mínimo de 15 (en Openderma siempre recomendamos 50 o más), se considera que la piel está protegida. Hay que aplicar una capa lo bastante densa como para que la efectividad del producto sea óptima, de lo contrario, puede suponer un riesgo para nuestra piel. Si vas a la playa o a la piscina, te recomendamos que utilices crema resistente al agua.
Por otro lado, por las características climatológicas de nuestro país, nuestras horas de sol al año son muy elevadas, así como los indicadores de radiación solar. Por ello, la aplicación de crema no debe restringirse únicamente al verano o a la playa/ piscina. Antes de salir de casa es muy importante proteger las zonas que van a estar expuestas durante todo el año.
RECORDATORIO IMPORTANTE – ¿SABES COMO FUNCIONA EL FACTOR DE PROTECCIÓN SOLAR?
Un FPS 50 no protege más que un FPS 15 sino que protege más tiempo
3. Pronto y muchas veces.
Entre 20 y 30 minutos antes de la exposición solar es el momento indicado para aplicar la crema y la piel sea capaz de absorberla.
Según el FPS que te hayas aplicado previamente, utiliza la fórmula anterior para calcular cuándo debes volver a ponerte crema. Si vas a estar en el agua y/o tienes la piel muy clara es conveniente que adelantes la aplicación de la protección. La piel necesita absorber bien el producto.
4. No te dejes nada.
De nuevo, según la Skin Cancer Foundation, un 80% de los casos de cáncer de piel se inicia en la cabeza, manos y cuello. Por tanto te recomendamos encarecidamente que no te olvides de aplicar crema en zonas como labios, cuello, orejas, etc.
El sombrero es un buen aliado (¡ojo con las viseras porque pueden quemarte la raya del pelo!) y a la hora de elegir mejor uno apretado que uno de paja.
5. Cuidado con el «efecto lupa».
Aunque los rayos UV no se reflejan en el agua sí que pueden traspasarla. Por tanto, es una falsa creencia que en el agua no “da el sol” en el cuerpo.
Por otro lado, los parasoles, sombrillas, etc. dan sombra pero solamente proporcionan protección moderada.
Actualmente ya existen sombrillas con filtro de protección. No obstante, te recomendamos que utilices los tejidos mencionados anteriormente y te apliques crema igualmente.
6. No dejes que el tiempo te engañe
En verano, los días nublados o con brisa marina son muy agradables para descansar en la playa o en la piscina. Sentimos menos calor y por tanto nos confiamos a la hora de proteger nuestra piel.
Las nubes no inhiben los rayos UV.
7. Cuidado con medicamentos y suplementos.
En algunas ocasiones, por desconocimiento, no incrementamos las precauciones cuando estamos tomando alguna medicación, suplemento o sometiéndonos a algún tratamiento como por ejemplo el láser. Hay componentes que incrementan el riesgo de quemadura solar y pueden favorecer la aparición de manchas solares, melasma, cloasma y otras lesiones.
8. Evita los solariums.
Muchos pacientes nos comentan que, buscando un “bronceado seguro”, han acudido a un solarium por motivos estéticos. A pesar de que los rayos que emiten son UVA, está clínicamente demostrado que este tipo de rayo penetra incluso a mayor profundidad que los UVB. Las consecuencias directas son: sequedad, irritación en la piel y un notable aumento del riesgo de padecer un cáncer de piel.
Si sigues estos consejos tendrás una piel mucho más saludable y bonita en el tiempo, menos arrugas, mayor hidratación y uniformidad en el tono.
Además la piel tiene memoria. A pesar de contar con numerosas técnicas para eliminar lesiones cutáneas (puedes consultarlas aquí), la mejor cura es la prevención. La piel acumula las lesiones por sobreexposición solar durante toda nuestra vida incluso habiéndolas eliminado a nivel estético.